Por qué el mundo necesita una IA responsable
Por el profesor Touradj Ebrahimi, Docente del EPFL, fundador de RayShaper SA y coordinador del JPEG (presidente)
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Durante los últimos 30 años, el formato de imagen JPEG ha sido un elemento básico para los miles de millones de usuarios de Internet. A pesar de que las tecnologías utilizadas para visualizar imágenes han evolucionado enormemente en las últimas décadas, el formato JPEG se sigue utilizando hoy en día en todas partes. Es un gran ejemplo de lo que puede ocurrir cuando una nueva tecnología se desarrolla bajo una gobernanza receptiva, inclusiva y basada en el consenso.
Hoy en día tenemos la oportunidad de volver a hacerlo. La inteligencia artificial (IA) no es la primera tecnología que repercute en la vida diaria de las personas de todo el mundo, y sin duda no será la última. Como profesor universitario, fundador de una empresa y líder durante muchos años en el desarrollo de normas internacionales, tengo una posición ventajosa. Mis múltiples roles me permiten ver las aplicaciones actuales de la IA y sus futuras promesas. Para mí, no hay duda de que una gobernanza responsable es la única manera de aprovechar el potencial de la IA y, al mismo tiempo, evitar sus efectos secundarios negativos.
Esa gobernanza debe abarcar la educación, la tecnología y la normativa. Sin embargo, lo más importante es que debe basarse en Normas Internacionales inclusivas y confiables.
GOBERNAR EL FUTURO
Hay quienes comparan la IA con las redes sociales, que también marcaron un cambio sustancial en nuestra forma de comunicarnos y conectar entre nosotros. Al igual que las redes sociales, la IA podría crear un sinfín de oportunidades para una evolución positiva; no obstinarte, sería absurdo fingir que no existen inconvenientes.
Prefiero comparar la IA con los coches, porque son un ejemplo perfecto de cómo una tecnología revolucionaria puede utilizarse de forma positiva con una gobernanza responsable. Para conducir un coche de forma legal, la gente necesita un permiso que se obtiene mediante capacitación; los coches son mucho más seguros y fáciles de usar que antes gracias al progreso tecnológico; y el sector está fuertemente regulado en todo el mundo. La historia nos demuestra que una gobernanza eficaz y responsable debe construirse sobre esos tres cimientos.
Lo mismo ocurre con la IA. En primer lugar, necesitamos educación. Hay que informar a las personas sobre los posibles riesgos que enfrentan al utilizar las tecnologías de IA y sobre cómo evitarlos. De este modo, los consumidores pueden contribuir activamente a su propia seguridad.
En segundo lugar, debe haber soluciones tecnológicas para contrarrestar los riesgos. Ya existen soluciones para amenazas como la desinformación, pero debemos hacer más para crear antídotos eficaces contra los peligros de la IA.
Por último, necesitamos normativa, pero debemos tener cuidado con lo que regulamos. Las tecnologías de IA y las herramientas que las utilizan son muy complejas y avanzan con rapidez. La normativa debe diseñarse e implementarse con la suficiente visión de futuro para que siga siendo relevante cuando entre en vigor. La creación de estos marcos y paraguas inteligentes es un desafío, pero es fundamental para el uso responsable de la IA en el futuro.
CONECTAR CORRIENTES
El principal desafío es que, actualmente, la IA está evolucionando por muchas vías, a diferentes velocidades. Sin embargo, los desafíos y riesgos potenciales de la IA son globales. Esto exige soluciones inclusivas, justas y flexibles. Para conectar todas estas corrientes y avanzar de manera responsable, debemos reunir a todas las partes interesadas de todo el mundo en torno a la misma mesa.
El sector privado, impulsado por el valor para los accionistas y la competencia, está innovando más rápido que nadie, es decir, están estableciendo normas sobre la marcha, simplemente porque son los primeros en adentrarse en este territorio desconocido. No es algo negativo per se, pero deja fuera del debate a muchas voces clave. Científicos, ingenieros, asociaciones de consumidores, gobiernos y otros actores deben intervenir y unirse para establecer los mecanismos necesarios para guiar la IA hacia un futuro benigno y próspero.
ISO tiene una trayectoria demostrada de hacer exactamente eso, y la norma ISO/IEC 42001 es la prueba de que la IA ocupa un lugar destacado en la agenda de ISO hoy en día. Como primera norma mundial de sistemas de gestión de la IA, ISO/IEC 42001 aborda los desafíos únicos que plantea la IA, como las consideraciones éticas, la transparencia y el aprendizaje continuo. Todo ello son entidades que proporcionan o utilizan productos o servicios basados en IA, lo cual garantiza el desarrollo y uso responsables de los sistemas de IA.
Al tomar en cuenta todas las voces, ISO trabaja de forma coherente para desarrollar Normas Internacionales que sean inclusivas y, lo que es más importante, flexibles. Desde el humilde JPEG hasta las redes telefónicas mundiales y los sistemas de radiodifusión, muchas de las tecnologías actuales no habrían sido posibles sin las normas.
Estamos al borde de un nuevo mundo impulsado por las tecnologías de IA. Tenemos la oportunidad de minimizar los riesgos globales si escuchamos a todas las voces por igual. Para cumplir la promesa de la IA, debemos actuar con rapidez. Quedarnos quietos no es una opción.